Gestión de equipos
Tipos de clima laboral en la empresa y cómo se gestionan desde RRHH
Descubre en el siguiente artículo, cómo gestionan desde Recursos Humanos los diferentes tipos de clima laboral en la empresa.
Gestión de equipos
Descubre en el siguiente artículo, cómo gestionan desde Recursos Humanos los diferentes tipos de clima laboral en la empresa.
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Anjolly Capponi
HR Consultant
28 de mayo, 2025
Los tipos de clima laboral pueden impulsar una empresa hacia el éxito… o hundirla de forma silenciosa sin que nadie lo note hasta que ya es tarde. Porque el clima no se ve, pero se siente.
Está en el ambiente, en la forma en que los equipos se comunican, en cómo responden al cambio o incluso en los silencios incómodos durante una junta. Y si desde Recursos Humanos no se gestionan con intención, el desgaste aparece sin invitación.
El clima laboral no es un concepto abstracto que se mide una vez al año y se archiva en un reporte bonito. Es una experiencia viva, cambiante, que influye todos los días en la motivación, la productividad y la permanencia del personal.
Cuando hablamos de los tipos de clima laboral, no nos referimos a bueno o malo. Eso es demasiado simple. Existen distintas atmósferas internas según la cultura, el estilo de liderazgo, la estructura y hasta el momento que esté viviendo la empresa.
Conocerlos es clave para actuar de forma estratégica. Porque lo que necesita una organización con clima autoritario no es lo mismo que una con clima pasivo, por ejemplo.
Si hay un área con la sensibilidad, la cercanía y la información para identificar y mejorar el clima, es Recursos Humanos. No basta con medir. Hay que entender, actuar y sostener los cambios en el tiempo. Y para eso, primero hay que reconocer los diferentes tipos de clima laboral que existen.
No todos los climas laborales son iguales, ni siquiera dentro de una misma empresa. Puede haber un equipo vibrante y otro completamente apático, a solo unos metros de distancia. Aquí te presentamos cinco tipos comunes de clima laboral y cómo se gestionan desde RRHH.
En este tipo de ambiente, la jerarquía lo domina todo. Las decisiones bajan como órdenes, hay poca participación del equipo y el control excesivo impide la creatividad. A corto plazo puede funcionar… pero a largo, termina apagando la motivación.
Cómo gestionarlo:
Desde RRHH se puede trabajar en el desarrollo de líderes más empáticos, fomentar la retroalimentación en ambos sentidos y abrir espacios donde los colaboradores puedan opinar sin miedo. No se trata de eliminar la estructura, sino de hacerla más humana.
Aquí, las personas se sienten escuchadas, tienen autonomía y se fomenta la colaboración. Este es uno de los tipos de clima laboral más saludables, pero también requiere atención constante para que no se desdibuje.
Cómo gestionarlo:
RRHH debe seguir impulsando la formación en habilidades blandas, mantener canales de comunicación abiertos, aplicar encuestas de clima de manera periódica y crear espacios para compartir logros y aprendizajes.
Este es uno de los climas más peligrosos, porque no grita, pero drena. Las personas hacen lo mínimo, no se sienten parte de nada y no esperan nada nuevo. La desconexión emocional es total.
Cómo gestionarlo:
Lo primero es reconocer que algo está pasando. Desde RRHH se deben hacer intervenciones rápidas: entrevistas individuales, focus groups, acciones de reconocimiento y espacios para reconectar con el propósito.
Aquí, cada quien va por su cuenta. Se premian los resultados individuales por encima del trabajo en equipo. Aunque suene productivo, muchas veces termina generando desgaste, celos y desconfianza.
Cómo gestionarlo:
RRHH puede rediseñar los sistemas de incentivos para incluir resultados colectivos, fomentar la colaboración a través de proyectos transversales y capacitar a los líderes en gestión de equipos.
Este es uno de los tipos de clima laboral más deseables en entornos de crecimiento. Hay apertura al cambio, espacio para las ideas, tolerancia al error y mucha agilidad. Pero cuidado: sin estructura, puede volverse caótico.
Cómo gestionarlo:
Desde Recursos Humanos se debe cuidar el equilibrio entre libertad y foco. Acompañar con procesos claros, métricas flexibles pero existentes, y mantener una cultura donde se valore tanto el intento como el aprendizaje.
Ya identificaste el tipo de clima que predomina en tu empresa (o los que conviven). Ahora toca mover ficha con muchas más herramientas de las que crees.
No cualquier encuesta sirve. Tiene que estar pensada para medir lo que realmente importa en tu contexto. Que sea anónima, clara, breve y accionable. Nada de medir por medir. El análisis posterior debe llevarte a tomar decisiones reales.
Medir los tipos de clima laboral con frecuencia te permite anticiparte a los conflictos, no solo reaccionar cuando ya es tarde.
El clima laboral mejora cuando la gente se siente informada, escuchada y tenida en cuenta. Por eso, abrir espacios como buzones virtuales, reuniones de equipo, entrevistas uno a uno o plataformas de comunicación interna hace una gran diferencia.
Los líderes son los primeros responsables del clima. Si no están alineados con los valores que promueve la empresa, cualquier esfuerzo desde RRHH se va a desinflar.
Los diferentes tipos de clima laboral son como estaciones del año: no puedes controlarlas del todo, pero sí puedes prepararte para cada una. Y cuando desde RRHH tomas el rol de observador, conector y generador de cambio, todo el ambiente de la organización puede transformarse.
No se trata de tener un clima perfecto, sino de tener uno consciente, cuidado y alineado con lo que quieres construir.
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Profesional con amplia experiencia de más de 20 años en diferentes áreas de los Recursos Humanos (Selección, Formación, Prevención de Riesgos Laborales, Gestión de Personal). Experiencia en Dpto de Dirección: Amplia visión de la empresa y los RRHH
Specialties: Selección de Personal, Gestión de la Formación, Gestión de la Prevención de Riesgos Laborales, Gestión del absentismo, Administración de RRHH, Asistencia a Dirección.