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Cómo implementar paso a paso el home office en las empresas de México
Descubre en el siguiente artículo, cómo implementar el home office en las empresas de México y sus principales beneficios.
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Descubre en el siguiente artículo, cómo implementar el home office en las empresas de México y sus principales beneficios.
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Estrella Ponce de León
HR Consultant
30 de mayo, 2025
En esta era digital, entender cómo implementar el home office en las empresas mexicanas representa una táctica de gran valor. Pues, esta modalidad llegó para quedarse y su aplicación es un punto crítico si se quiere garantizar el buen rendimiento y el bienestar del talento.
Así que, te explicaremos paso a paso cómo poner en marcha el home office de empresa de forma exitosa ¡Empezamos!
Antes de ni siquiera hablar de cómo implementar el home office en una empresa, es clave reflexionar sobre una serie de aspectos. Pues, no es lo mismo aplicar este modelo en una empresa tecnológica con personal joven, que en una compañía tradicional con estructuras jerárquicas muy marcadas.
Por eso, el primer paso no está en la acción, sino en el diagnóstico, conocer a fondo la cultura empresarial que se tiene. Así como también el tipo de tareas que se realizan, los perfiles de empleados y el nivel de madurez tecnológica con el que cuenta la empresa.
Otros aspectos muy importantes son la evaluación del marco normativo aplicable y la comunicación interna. En México, desde la reforma de la LFT, se establece que cuando más del 40% de las labores se realiza fuera del centro de trabajo y a través del uso de tecnologías, se considera teletrabajo regulado.
Bajo este contexto, hay que tener en cuenta políticas internas registradas y un enfoque claro sobre obligaciones como empresa. Por ejemplo, pagos, provisión de herramientas, canales de comunicación y garantías de desconexión digital.
Para comprender de forma clara cómo implementar el home office hay que considerar estos 3 pasos clave.
El primer paso es dejar muy en claro la estructura legal y organizativa que va a sustentar el trabajo desde casa. En México, la LFT define criterios específicos para la gestión del teletrabajo.
Por lo tanto, en RRHH deben existir coordinaciones estrechas con el área legal y de seguridad de la información. Esto con el fin de redactar contratos de teletrabajo, protocolos y lineamientos operativos.
Además, es vital asegurar que la empresa está en condiciones de proporcionar o compensar los insumos de trabajo necesarios. Solo cuando hay una base legal y administrativa sólida, el home office puede desarrollarse con eficiencia.
Uno de los errores más comunes al aplicar el home office es intentar trasladar el mismo estilo de liderazgo presencial al ambiente remoto. En México existen muchas empresas con esquemas rígidos, pero el trabajo remoto requiere pasar del control absoluto al acompañamiento.
Donde la gestión se encuentre centrada en objetivos medibles, funciones claras y reuniones que aporten valor real. No se busca llenar el día de videollamadas, sino rediseñar la dinámica laboral de manera positiva.
Este paso es clave, y requiere que los líderes de equipo reciban capacitación y tengan a la mano herramientas digitales de gestión. Las cuales permitan favorecer la escucha activa, el seguimiento de tareas y la evaluación del desempeño a distancia.
El tercer paso es construir un entorno de home office que cuide del bienestar físico, emocional y social del colaborador. Tomando en cuenta la integración de los siguientes aspectos:
Además, es muy importante fomentar la participación y el sentido de comunidad a través de acciones de integración digital. También incorporar espacios para el reconocimiento, y potenciar la comunicación interna.
Mantener el control operativo y la eficiencia en el trabajo desde casa no significa caer en la vigilancia excesiva. Se trata más bien de diseñar sistemas claros que favorezcan la productividad y el compromiso del equipo.
Por eso, aquí te mostramos 3 buenas prácticas que te ayudarán con el home office de empresa.
Una de las mejores prácticas es precisar metas concretas y resultados medibles para cada colaborador. Lo que se traduce en definir indicadores de desempeño ajustados a los objetivos corporativos.
En lugar de controlar el número de horas que pasa frente a la computadora un empleado. Lo que se debe hacer es tener claridad absoluta sobre lo que se espera lograr en un periodo determinado.
Otra práctica clave es apoyarse en sistemas que centralicen la planificación, ejecución y monitoreo de tareas. También que faciliten la comunicación interna y la evaluación del desempeño de cada colaborador.
De hecho, existen herramientas como Sesame HR que permiten impulsar la gestión de proyectos y tareas en entornos digitales. Lo cual, se complementa con la automatización y el análisis ágil de los procesos del talento humano.
No puede haber control ni eficiencia sin una comunicación constante y bien organizada. Por ello, es necesario establecer rutinas de contacto que respondan a las necesidades del equipo, por ejemplo:
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