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Qué es el ciclo de vida del empleado y cómo se gestiona desde RRHH

Descubre en el siguiente artículo, cómo se gestiona paso a paso desde el departamento de RRHH el ciclo de vida del empleado.

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Estrella Ponce de León

HR Consultant

ciclo empleado empresa

20 de mayo, 2025


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Para RRHH gestionar de manera efectiva el ciclo del empleado representa uno de los compromisos más críticos del área. Dado que, esta tarea permite garantizar el bienestar integral de los colaboradores y la sostenibilidad de la empresa. 

Cada etapa del ciclo se encuentra vinculada de forma directa con la cultura corporativa que maneja la organización. Así como también con la experiencia del empleado y los objetivos estratégicos trazados para el desarrollo del negocio. 

Por lo tanto, no solo hay que conocer el concepto, también es necesario dominar su gestión con enfoque humano y visión sistémica. De tal forma que aquí te vamos a mostrar cómo hacerlo ¡Empecemos!

¿Qué es el ciclo de vida de un empleado?

El ciclo de vida del empleado es un modelo estratégico que describe cada una de las etapas que atraviesa una persona dentro de una empresa. Desde el momento en que la compañía detecta la necesidad de atraer talento, hasta el punto en el que el colaborador concluye su vínculo laboral. 

Además, no se trata de un proceso lineal ni de un conjunto de acciones aisladas que toma la empresa. Si no más bien de una visión integral que le permita a RRHH gestionar el talento humano de forma coherente y alineada con los objetivos del negocio.

Este modelo reconoce que cada etapa del recorrido de un empleado tiene un impacto tanto en su experiencia como en los resultados corporativos. Por eso, se ha convertido en una herramienta esencial para detectar necesidades referentes al talento y para actuar de forma oportuna. 

¿Cuáles son las etapas del ciclo de vida del empleado?

Por lo general, el ciclo de vida del empleado se divide en 6 etapas básicas, las cuales son: 

1. Atracción: es el punto de partida de este ciclo y es donde se define la propuesta de valor al colaborador. Además, se trabaja la marca empleadora y se construyen los canales para atraer al talento que mejor se alinea con la compañía.

2. Reclutamiento y selección: en esta etapa se identifican los perfiles y se evalúan las competencias de los candidatos. Para de esta forma, elegir a quién mejor se ajusta tanto a los requerimientos técnicos como culturales. 

3. Integración (onboarding): en esta fase se acompaña al nuevo colaborador para que se adapte de forma dinámica al entorno laboral. También para que comprenda su rol y genere conexión con los valores y objetivos de la empresa. 

4. Desarrollo: se incluye la capacitación, la gestión del desempeño y el establecimiento de planes de carrera y movilidad interna. De hecho, esta fase permite impulsar el crecimiento individual y colectivo. 

5. Retención: aquí el enfoque está en generar condiciones que fomenten el compromiso y el bienestar del personal. Lo cual se complementa con acciones que promuevan la motivación laboral y el sentido de pertenencia. 

6. Desvinculación (offboarding): puede darse por decisión del empleado o de la empresa. Esta etapa debe gestionarse con respeto y claridad, ya que impacta en la reputación de la compañía y en el cierre emocional del colaborador. 

Puntos clave para gestionar con éxito el ciclo de vida del empleado

Para crear una experiencia efectiva en todo el recorrido de un colaborador dentro de una empresa, hay que considerar estos 5 puntos clave. 

Diseño de una propuesta de valor al empleado clara y auténtica

Uno de los primeros pasos que tenemos que dar es construir una nueva propuesta de valor al empleado. La cual sea atractiva, realista y que esté alineada con la cultura empresarial que se maneja. 

Esta propuesta debe responder la pregunta que todo colaborador actual o potencial se hace: ¿por qué debería trabajar aquí? De modo que, debe abarcar los siguientes aspectos: 

  • Ambiente de trabajo
  • Salario y prestaciones
  • Oportunidades de desarrollo
  • Bienestar integral
  • Estabilidad laboral
  • Cultura corporativa

Incorporación estructurada para un buen ciclo de vida del empleado

El momento en que un nuevo talento se integra a una empresa es decisivo para gestionar el ciclo de manera adecuada. Por ello, se debe plantear una estrategia y herramientas de onboarding que sean sólidas y efectivas desde el primer día. 

Este proceso debe facilitar que el colaborador entienda sus tareas y también cómo encajan sus funciones en los objetivos corporativos. Considerando en este caso 4 fases claras de acción, que son: 

  • Presentación con el equipo
  • Formación inicial
  • Definición de expectativas
  • Asignación de un guía

Coordinación adecuada del desarrollo profesional

Uno de los aspectos más relevantes en el ciclo de vida del empleado es cómo la empresa impulsa su desarrollo profesional. Lo cual no solo se refiere a ofrecer capacitaciones, sino a generar un sistema de aprendizaje continuo que se adapte a los perfiles y necesidades de la compañía. 

Además, gestionar el desarrollo también abarca planes de carrera, feedback estructurado y oportunidades de crecimiento. Cuando las personas perciben que pueden progresar dentro de una empresa, aumenta su motivación, su compromiso y permanencia.

Evaluación periódica del clima laboral y la experiencia del empleado

El ciclo de vida no puede gestionarse de manera eficaz si no se escucha y comprende lo que viven los empleados. Por eso, es necesario contar con soluciones digitales que permitan evaluar el clima laboral y la experiencia del empleado en cada etapa. 

Lo importante no es solo recopilar datos, sino interpretarlos de manera estratégica y actuar de forma oportuna. Por ejemplo, si detectan que muchos empleados están insatisfechos con su carga laboral, debemos intervenir con medidas de acción específicas. 

Planificación ordenada y humana de la salida del colaborador

Toda relación laboral en algún momento va a llegar a su fin, bien sea por decisión del colaborador o por parte de la empresa. Sin embargo, la forma en que se gestiona esta etapa final también forma parte del ciclo de vida y tiene un impacto directo en la reputación de la empresa y en la percepción del equipo que permanece.

Una buena salida implica reconocer los aportes del colaborador a la empresa. También una retroalimentación constructiva que permita dar un cierre positivo para ambas partes. 
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